Por: Brenda Vanegas León
Al un extremo de la Bahía de las Ninfas en Santa Cruz, existe un lago hermoso de aguas verdes y cristalinas, donde siempre hay bancos de lizas que atraen a los pescadores. Se llega allá a través de un túnel natural de piedras, cactos y manglares.
Cuenta la leyenda, que hace muchos años en este lugar, a la puesta de sol, tres hermosas mujeres jugaban y cantaban; con esto atraían a los pescadores del pueblo para llevarlos al fondo del mar.
También cuentan otros, que las mujeres que en ese sitio jugaban y cantaban eran hijas de uno de los primeros colonizadores noruegos o alemanes, pero que la mamá las mató porque se habían enamorado de su propio papá.
Dicen también que esas mujeres tenían varios padres que les mandaron al país de su origen, para que no se mezclaran con la gente nativa, porque una estaban encinta de un nativo.
Cuando se pierde un pescador, siempre dicen que es hechura de las ninfas.