Que no se diga jamás se lo intentó

que no rodé por el camino

que no tropecé y caí mientras dormía.

 

Que no se diga locura transitoria para decir amor

sexo para pasión, furia para celo y a la distancia olvido.

 

Que no se diga aquí no se fraguo el fuego

el delito consumado sabanas mojadas,

mentiras escabrosas lucidez y miedo.

 

Que no se diga de esta agua no bebí

en esta tierra no viví

en esta cama no soplaron huracanes  y volaron como cartas los espejos.

 

Que no se superlativise el beso

y no se conjugue el verbo amar

y que se diga beso en la exacta dimensión de la palabra.

 

Que se fusione cada silaba en su acento

como un cuento interminable

como un desplegar de leves alas.

 

Que cada consonante caiga ante el deseo de las palabras

sea grave el sonido en los abrazos

y leves los fonemas con su luz difuminada

 

Que no se diga siempre equivocada estaba

que no se diga su cuerpo acurrucó contra su espalda

que no arrancó gemidos de su boca

que no luchó contra su pecho

que no mintió

que no digirió una a una sus palabras.

 

Que no se diga  probó de mil venenos

que no se diga atroz  para decir ternura

y no se diga jamás tormenta y fuego

y entre fuego besos y entre besos celo.

Porque fui nieve y serpiente  mujer y viento

y después de viento arado

y después de arado tierra y su simiente.

 

Que no se diga nunca se fue sin intentarlo

porque  caí mil veces

ante el hondo

transitar  de  las palabras.

 

Del libro: "De Cara al fuego"

 

 

Siomara España Muñoz, 1976

 

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  • homeLa autora Dorys Rueda, 13 de Febrero del 2013.
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