Una anécdota que me viene a la mente y recuerdo a vuelo de pájaro es una que ocurrió en mi larga vida política.
Fuimos con amigos y compañeros de la Izquierda Democrática de Otavalo, en campaña a la zona de Íntag. Cuando regresábamos, un domingo en la noche, muy cansados, se nos dañó el vehículo en que viajábamos, desde Apuela hacia Quiroga.
Con el carro dañado, en la carretera, alcanzamos a ver a lo lejos a un camión. Le hicimos parar y el conductor, creo de la pena, resolvió llevarnos. Pero nos anticipó que en la parte de atrás del camión iban unas tres cabezas de ganado.
Sin tener otra alternativa, nos subimos al cajón en compañía de tres inmensas vacas. Fue un viaje espectacular, lleno de risas. Nosotros y el ganado íbamos de un lado a otro. Pasamos más en el suelo y ya pueden imaginarse el estado de nuestra vestimenta.
Al fin llegamos a Quiroga, donde un partidario nos brindó un “puro de Íntag” para apaciguar nuestra genial aventura. Entre los amigos estaba un otavaleño a tiempo completo, que falleció hace poco, don Luis Garcés Moreano, a quien lo recuerdo y envío mis oraciones, un gran ser humano, muy leal como amigo y con los principios del único Partido Político que he militado, la ID.
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