Los apachi (blancos) de dos caras

Por: Domingo Barrueco (S D B)
Chiguaza, 1957

Los Shuar estaban de caza. Reunían todas las piezas que cobraban en un mismo lugar. Pero desaparecía todo cuando ellos se alejaban del ranchito.

Dejaron una mujer al acecho. Ella vio que de una cueva salían unos hombres de dos caras. Ella temblando les entregó todo lo que  había. Los dos caras se comieron todo y se retiraron. Antes dijeron a la mujer que volverían por la noche para comerse de nuevo toda la caza y que se comerían también a los cazadores.

Al volver los shuar oyeron, pero no se atemorizaron.

Esperaron apostados a los dos caras, con sus lanzas listas. Era noche hermosa de luna. Los dos caras aparecieron. Tenían el poder de adormecer con la mirada. Los shuar murieron a sus manos. La mujer huyó y contó lo que había sucedido a los demás. Se reunieron en grupo con perros, escopetas y lanzas y se fueron hacia la cueva. Se escondieron tras unas piedras y azuzaron a los perros que se fueron ladrando hasta la puerta de las cuevas. Los hombres de dos caras salieron de la cueva.

Los shuar dispararon sus escopetas. Resistieron la mirada fascinadora de los apachi. Pero estos eran invulnerables. Entonces los shuar lanzaron contra ellos sus elefantes. Los apachi caían aplastados por los elefantes y se levantaban de nuevo y terminaron con los elefantes. Los shuar espantados huyeron. Entonces vino una manada de Japa Yawá (leones) que acabaron con los apachi.

Solamente uno pudo salvarse. Los shuar lo alcanzaron cuando estaba para entrar en la cueva. Lo descuartizaron. Pero otros dos apachi que habían quedado en otra cueva terminaron con todos los shuar de los alrededores.

Otra versión sobre el mismo argumento 

Antes los shuar vivían todos de común acuerdo y en armonía en la selva. Todos comían el sagino (jabalí), pero no el venado[1]. Algunos comenzaron a comer el venado. Entonces comenzaron los desacuerdos y las discusiones.

Con motivo de un viaje que hicieron todos por río corrieron todos al agua. Los que habían comido venado llegaron antes y cogieron las canoas y se fueron. Los que comieron sagino se retardaron preparando las balsas.

Así resultó que los que comieron el venado se hicieron blancos. Los shuar los llaman apachis. Y los que comieron el sagino siguieron siendo shuar.

[1] Los shuar no comen el venado porque creen que en él puede haber reencarnado alguno de sus antepasados.

 

Mitos y leyendas Shuar, Ediciones Abya-Yala, 1985

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