Por: Alonso  Flores Velasco
 
Una clara mañana de mayo a la misteriosa selva, bañada por el tranquilo cause del río Conambo  fueron a jugar tres encantadoras niñas indias.
 
Del gran bosque salió una hechicera de largo pelo negro, muy negro, por la acción de la pepa  de wito (huito), que utilizan las indígenas para pintar su frondoso cabello. Tzunky que así se llamaba esta "Diosa" les preguntó a qué jugaban. Todas a la vez respondieron "a los patitos" porque son bellos y queremos nadar en la apacible corriente del río.
 
Tzunky tomando una rama del árbol de wanduc (floripondio) propia de esta zona, acercándose a ellas pronunció "sean patitos".
 
Las niñas ya convertidas en patitos y con lindas y suaves plumas, se dirigieron muy contentas a un canal de agua clara.
 
Pero su contento se transformó pronto en pesadilla, ya que un cazador muy malo había estado al acecho, pronto se apoderó de los tres patitos que nadaban muy tranquilos, mas ellos tiritaban de miedo sin saber lo que podía sucederles.
 
El cazador en cambio reía de su buena suerte y pensaba para sus adentros... me daré un verdadero banquete con estos patos: voy a recoger leña, prenderé una gran fogata, buscaré hojas de guayupanga para peparar tres sabrosos "maitos" sazonados con palmito.
 
Pero mientras esta maldad tramaba el cazador; la diosa del agua, que se había olvidado de las niñas, les encontró que estaban en peligro; lanzando un conjuro para dotarlas de poderosas alas, sopló fuerte, muy fuerte. Los bellos patitos levantaron el vuelo sobre las copas de los árboles gigantes y volaron muy alto, donde no les alcanzaba el traicionero proyectil del trampero. Luego de volar unos minutos, bajaron, terminó el poder mágico y todas volvieron a sus casas muy orgullosas de haber burlado al malvado cazador.
 
Sus madres que ya habían estado asustadas al no encontrarlas en el caserío... les preguntaban, dónde estuvieron guaguas? ... a lo que ellas respondieron ...mamá, mamá, una señora muy bonita nos invitó a jugar muy lejos a la peligrosa selva.
 
Colorario: los niños siempre deben obedecer a sus padres y no mentir para no verse en problemas.
 
Cuentos y Leyendas de la Amazonía, Imprenta Colorgraf-Quito, 2009.
 

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  • homeLa autora Dorys Rueda, 13 de Febrero del 2013.
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