Por. Enrique Freire Guevara

 

Con el nombre genérico de “La Playa” se conoce en San Cristóbal la entrante oceánica de Puerto Baquerizo, capital insular.

Al especificarla encontramos tres sectores diferenciados: Playa de los Marinos o Base Naval; Playa del Faro o Malecón; y Playa de Oro.

La razón es obvia para cada denominación.

Es de advertir además, que cada sector tiene su encanto y su leyenda.

A propósito de Playa de Oro, cabe recordar que por más de dos siglos fue morada de piratas y balleneros, tanto por el agua dulce como por las tierras fecundas de la isla. Por añadidura, geográficamente San Cristóbal es la parte insular más cercana al continente.

Refieren los antiguos moradores que en la playa se formó el primer cementerio desde tiempos de los corsarios lo cual, coincide con el hecho histórico del siglo XVIII en que el pirata Dampier y sus huestes profanaron el cementerio de Guayaquil y llegaron a morir apestados en las playas insulares, salvándose pocos sin repartirse el botín.

Recuerdan además que muchos de los primeros colonos, vinieron a encontrar a parte de osamentas, inscripciones en diversos lugares, como señales de enterramientos de tesoros.

Hasta hoy muchos isleños acomodados -según la gente-deben su fortuna al hallazgo de cofres, baúles y más enterramientos de oro, piedras preciosas y monedas antiguas.

Desde entonces dieron en llamar Playa de Oro, no por fantasía sino debido a las riquezas codiciadas por nacionales y extranjeros.

Persiste aún el interés de muchos afanosos como un alto oficial de la Marina que dedicó todo el tiempo de permanencia como autoridad castrense a la insaciable búsqueda de tesoros.

Cave advertir que en la misma dirección de dicha playa hacia la altura, han realizado excavaciones como la de los tripulantes de un yate norteamericano que mientras entretenían con función cinematográfica a los pobladores, aprovecharon realizando sus excavaciones sin respetar inclusive a domicilios particulares.

Por añadidura, no es extraño encontrar sitios e inscripciones enigmáticas como aquella gran piedra detrás del Colegio Alejandro Humboldt signada por una cruz y rayas de base a manera de peana.

Con estas y otras evidencias han venido justificando las generaciones la razón del nominativo PLAYA DE ORO.

 

Leyendas de Chatam, Editorial Casa de la Cultura. Ecuatoriana, Quito, 1993.

 

Portada: https://ocio-urbano.byclaro.com.ec/listing/playa-de-oro/playa-de-oro-san-cristobal-galapagos/

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  • homeLa autora Dorys Rueda, 13 de Febrero del 2013.
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